Si hay un género con el que el porno se
lleve bien es, sin duda, la comedia. Salvo en excepciones de gran cine, el
drama se suele hacer pesado y su ritmo no acompaña, en el thriller se suele
romper la tensión, en la acción el sexo suele entrar como un pastiche…, pero la
comedia permite que no dejes de divertirte en ningún momento, que el sexo entre
de manera más natural y que el ritmo ni frene ni acelere en el paso de la risa
a la excitación. Por eso, porque es un género agradecido para el sexo,
decepciona aún más que una comedia porno no funcione. Y aquí el problema no
está en que el sexo esté mal metido en la trama, sino que la trama es floja y
no hace gracia. Una comedia porno que se haga aburrida… tiene un grave
problema.
Es cierto que la idea no daba para
mucho, al menos no para mucho original, pero se podía haber explotado mejor. Dane
Cross trabaja en un laboratorio del Gobierno con Alektra Blue. Él es un
perdedor que no logra ligar ni a tiros, ni con las desconocidas (no se le da
bien) ni con su compañera Alektra (no se atreve). Así que Dane verá su
oportunidad con un robot militar femenino (Samantha Saint) con el que están
trabajando.
El guión alarga mucho algunos gags, mete
mucho diálogo en escenas que no lo merecen y no explota bastante el juego que
da el robot ni la vis cómica de Cross. A cambio de no hacer nada de eso, Morgan
mete escenas de relleno y lo soluciona todo sin mucho enredo de por medio. A
ver, no es que todo esté mal. Samantha está bien como androide pasmado (por eso
pesa que no lo exploten), Alektra está muy sexy con gafas y hay algunos buenos
números sexuales; pero cuando además de eso (que se presupone) esperas también
reírte y que el ritmo sea acelerado, decepciona ver cómo se esfuerzan para
hacerte reír sin conseguirlo y que la escena se te haga larga a la espera de
que acaben follando de la forma más previsible posible.
Los primeros en ir a la cama son Heather
Starlet (antes conocida como Janie Summers), Sheena Shaw y Ryan McLane, que
tras ligar en un bar y jugar a la botella, acaban pasando del pringado de Dane
y montándose un buen trío con cumswap incluido que, por alguna razón, me
recordaba al porno de los 90, si no fuera por la ausencia de silicona en las
chicas. Es una escena pasional que funciona bastante bien para abrir la
película y es la mejor trabajada. También funciona bien (aunque es totalmente
de relleno) la escena de Nicole Aniston y Xander Corvus gracias, sobre todo, al
gran trabajo de la rubia, pese a la desagradable doblez que el corpiño de cuero
le deja durante gran parte de la escena en sus tetas siliconadas.
Las chicas Wicked también tienen su
momento, pero es más estilo Wicked, qué se le va a hacer. Pero tampoco está
nada mal. Tanto Samantha Saint (con Cross) como Alektra Blue (con Tommy Gunn y
con Cross) tienen buenas escenas, aunque ambas son performers que se han
curtido en el gonzo y que pueden dar más juego y fuerza en el sexo que el que
les propone Wicked en este tipo de películas. Blue con Gunn y Samanthan con
Cross deberían haber podido estar un poco más sueltas y lanzarse al anal, con
lo que el conjunto hubiera ganado bastante. Aunque no nos engañemos, el
problema de esta película no es en absoluto el sexo…