Dana Vespoli ha demostrado recientemente su potencial como realizadora con películas como 'Forsaken' o 'Hollywood Babylon', en las que podemos ver un estilo claro y definido y unas ganas de contar historias turbias protagonizadas por mujeres. Unas historias interesantes contadas sin exceso de parte argumental, pero con suficiente mimo, estilo y ambientación en el guión para que nos seduzca la trama aunque el sexo sea el plato principal del menú.
'A thing of beauty' sigue esa estela de película onírica y desconcertante que abrió con 'Forsaken', con una Bree Daniels acomplejada y perdedora que decide llamar a un anuncio de la tele en el que prometen cambiarte la vida. Y funciona, pero el feliz cambio trae consigo consecuencias.
La producción no luce mucho en ningún momento, pero la película se aguanta por el tono, el buen hacer de Bree Daniels y porque todo avanza a buen ritmo con el sexo bien dosificado. Sin embargo, cuando el guión debería darlo todo antes de la revelación final, se enmaraña en una escena de baile insustancial y en dos escenas sexuales que no aportan nada.
Y es que tenemos a Daniels en un lugar misterioso y, cuando aparta unas cortinas, ve al otro lado a Skin Diamond, que parece ser un ángel al que han arrancado las alas, siendo sometida por Aiden Starr. Y, tras otra cortina, otro ángel cercenado, Mick Blue, en una escena sexual con Dana Vespoli. Ambas son bastante asépticas. Puede que algo disfrutables si te gustan los participantes, pero sin duda son lo que arruinan la película.
Antes ya hemos tenido sexo, mejor situado y con mejores resultados. Y es que Daniels, tras el misterioso cambio de vida, acaba acostándose con Logan Pierce, en una escena con cariñosos prolegómenos y en la que ambos disfrutan. No es una maravilla, pero funciona para abrir boca.
Mucho mejor funciona la siguiente escena de Bree Daniels. Y es que la protagonista se ha perdido de camino a una misteriosa entrevista de trabajo cuando, de repente, aparecen a su lado dos mujeres (Karlie Montana y Sinn Sage) vestidas de negro con actitud de Alex DeLarge.
Se la llevan bajo un túnel y la violan (sí, ya sabéis, esas violaciones de peli porno que suelen ser bastante consentidas) con sus bocas, sus manos, sus culos y un consolador y recibiendo también la boca de Daniels en sus entrepiernas.
La película termina con un tercer acto demasiado apresurado, pero hubiera funcionado sin problemas de haber estado precedido por algo con más ritmo e interés. Así, Vespoli logra una película que merece ser vista y que supone un producto distinto dentro del porno argumental; pero que se queda un paso (o dos) por detrás de sus anteriores trabajos.