B. Skow, en Vivid y con David Stanley de guionista, dirigió
buenas películas hace unos años como la estupenda ‘TheCondemned’. Su talento sigue ahí, pero la falta de un gran
guionista y de mayor presupuesto suele lastrar sus películas. ‘Color
Blind’ es un buen ejemplo de ello, ya que la idea es buena y
el planteamiento también, pero te deja con la sensación
de que se podría haber hecho mucho más redonda si Skow la hubiera
llevado a cabo en otra época.
Aun así, Skow nos trae una buena película
interracial cuya trama trata sobre el racismo, la hipocresía
y la sociedad en la que vivimos. Lo hace abriendo con imágenes de
disturbios raciales que está viendo en televisión
una familia capitaneada por un hombre racista y lleno de odio (Steven St.
Croix) junto a su sumisa esposa (Reena Sky) y sus dos hijas (Adriana Chechik y Kasey
Warner). Adriana parece la más rebelde y reacia al racismo de
su padre, pero será Kasey la que encienda la mecha al enrollarse con un
chico negro.
Kasey (muy mona y muy sexy, con pechos pequeños
y bonitos, una buena mata de pelo en la entrepierna e incipiente bello en las
axilas) es la favorita del padre y es ciega, lo que ayuda a la metáfora
racial (aunque ella sabe desde el principio que el chico es negro). Su
interpretación como invidente es irregular, mejorando o empeorando
según
la escena; pero lo cierto es que le da un toque especial y sensual a su escena
sexual con Isiah Maxwell. Kasey, con la mirada perdida en un punto inconcreto,
palpa y chupa la polla de Isiah con delicadeza y voracidad a la vez, realmente
te crees que la siente diferente por su ceguera. Y lo mismo notas cuando Isiah
la penetra.
Adriana tampoco se queda sin su ración de sexo,
tirándose
al hermano del chico de Kasey en una potente escena con mucho anal y energía
en la que a veces parece que el cuerpecito de Adriana no va a poder con la
polla de su amante. Y eso que Adriana ya venía caliente de casa, donde la vemos
masturbarse anal y vaginalmente (y cómo la pilla su padre) con un dildo
negro gigante, regalándonos un squirt en su cama.
St. Croix no se queda corto y tras tirarse a su sexy esposa
Reena en una escena intensa, se va a un prostíbulo para tirsrse (irónicamente)
a una negra, Layton Benton. La película avanza sin mucho más
conflicto intermedio hacia un final que se espera duro, violento y realista con
el tema de la película. Temes, por un segundo, que todo acabe con un
pastel conciliador; pero ese no es el estilo de Skow. No cierra la película
como esperas, ya que sí hay un poco de pastel y sentimientos,
pero el final tiene la dureza y violencia que requiere, salvando así
ciertas carencias y logrando un resultado más que aceptable.
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