No he visto toda la filmografía de B. Skow ('The Condemned', 'Color Blind'), pero lo cierto es que no le
relacionaría con la comedia. Supongo que por eso me pasó
por alto esta película y me sorprendió verla nominada en los AVN a la
mejor comedia. Pero lo cierto es que esta historia (escrita por David Stanley) de
intercambio de cuerpos logra lo que se propone: que pasemos un rato divertido a
costa de lo que les pasa a dos amigos al despertarse con los cuerpos cambiados.
En una película de chicas o infantil, este
intercambio de cuerpos se daría cogiéndose de la
mano o chocando con las cabezas. Pero es una peli de chicos, así
que Xander, un actor porno egoísta y libertino, y su amigo Chad,
un padre soltero tímido y algo remilgado, se cambian los cuerpos por una
extraña magia cuando cruzan los chorros al mear. Tal cual.
Ambos desean probar el estilo de vida del otro; pero, como era de esperar, nada
es como esperan.
Y así, tenemos a Chad White en el
cuerpo de Xander Corvus acudiendo a su rodaje porno con Romi Rain, una escena
muy divertida (son los mejores del reparto) con Xander alucinando y sin saber
por dónde empezar con Romi. Una vez fracasada la escena,
Xander y Romi tienen un polvo mucho más íntimo y cariñoso
que el que tendría el verdadero Xander, algo que no se esperaba Romi, que
se enamora de él.
Por su parte, Xander, en el cuerpo de Chad, cumple la fantasía
de este padre soltero tirándose a la canguro, una Mia
Malkova que parecía modosita y era una fiera. El problema llega cuando
vuelven a sus propios cuerpos y a Romi no le gusta el verdadero Xander y Mia
necesita más caña de la que el verdadero Chad le
puede dar.
La película incluye dos buenas escenas más de Xander, una al principio con Katrina Jade mientras presume de porn life y otra con Mia, que sabe que era él el que le daba sexo duro en el cuerpo de su amigo. La película termina con final feliz y con la moraleja que siempre trae este tipo de películas. Y lo cierto es que todo funciona realmente bien. Es divertida en todo momento, el sexo, sin salirse de lo habitual, es excitante y siempre viene a cuento y el final te deja con buen sabor de boca, aunque los personajes no puedan decir lo mismo (vedla y entenderéis este último comentario). Un simple pero buen trabajo del tándem Skow/Stanley.
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