Brazzers sigue sacando series argumentales y una de las últimas viene de la mano de Toni Ribas, que se rodea de más españoles como Alexa Tomas o Bridgette B. para rodar una historia de traficantes, policías encubiertas y mucho sexo que, sin ser nada especialmente destacable, termina siendo un buen entretenimiento repleto de sexo duro.

La mejor parte en el sexo se la lleva Bridgette B., una traficante que para conseguir el dinero necesario para poder hacer negocios con un capo (Toni Ribas), secuestra a una policía encubierta (Abigail Mac), una chica de la que sospecha y de la que consigue una confesión masturbándola con ganas después de un buen trío con Marco Karrera.

Abigail, por su parte, demuestra sus dotes orales con su novio Keiran Lee, que después se tira también a Bridgette sin mucha coacción. Y las vemos juntas en un lésbico suave y una buena orgía final con Karrera, Alexa y Toni Ribas que sube mucho la temperatura antes del desenlace de la historia.

Una historia entretenida con el desarrollo justo y que tiene como aliciente a Bridgette disparando una recortada, empuñando un revolver enorme y hablando español durante gran parte del metraje. Y sí, Toni también habla español en esta película; y no, no era el idioma el problema de su calidad interpretativa...

Los chicos de Kaizen y Brazzers le cogieron el gusto a la acción POV con 'Headrush' y volvieron a fichar a Danny D. para otro corto en primera persona, otra experiencia que te haga sentir como en un videojuego. Y esta vez cogieron un referente bien claro, Call of Duty, y lo llevaron a su terreno; es decir, formaron un comando con tres pibones y Danny D. y montaron una buena escena de acción seguida de un buen número de sexo.

Tenemos tanques, helicópteros, soldados, metralletas, lanzamisiles, granadas y muchos tiros y acción, todo lo que le pedimos a este tipo de videojuegos. Y se nos muestra bajo el punto de vista de Danny, que avanza con su equipo (Monique Alexander, Jasmine Jae y Stella Cox) por una zona bastante hostil.

Tras sufrir en la travesía y acabar con incontables enemigos, el equipo tiene su recompensa. Las chicas se abalanzan sobre su compañero en un sitio seguro y vivimos una estupenda escena en POV en la que Danny no da abasto con las chicas, que se turnan (y comparten) su polla. Eso sí, las tres se quedan con las ganas de sexo anal. Media hora de sexo intenso en POV que se estropea durante un pequeño momento con unos planos laterales que abandonan el punto de vista subjetivo y desentonan totalmente, un gran fallo de montaje.

El sexo funciona al nivel que Brazzers nos tiene acostumbrados y la parte argumental no se queda atrás. Los movimientos, transiciones, escenarios y situaciones con los enemigos están muy bien recreados, manteniendo a la perfección ese tono de videojuego hiperrealísta que le da valor a la escena. Y el epílogo, tras la escena sexual, te deja con la boca abierta y con ganas de más, de que fuera el inicio de una gran película de acción en POV. Así que, señores de Brazzers y Kaizen, queremos segunda parte, queremos 'Cock of Duty: Black Cocks'.

Brazzers es la casa del gonzo, pero cuando se ponen a hacer algo argumental (una o dos veces al año), normalmente presentan un muy buen trabajo. Por eso me acerqué a este 'Anything he desires'. Empieza con la espectacular Peta Jensen conduciendo a lo 'Drive' y en el reparto la acompaña Allie Haze. ¿Qué puede fallar?

Pues técnicamente no falla nada, salvo que estés buscando una película porno argumental mínimamente desarrollada. Y es que tenemos a Peta colada por su jefe (Bill Bailey), que es hermano de su novio, se lanza y él se la queda como juguetito sexual. Y ya está, no intentéis sacar nada más.

Pero es Brazzers. Así que aunque no está muy trabajada en la trama, sí nos brinda unos buenos números sexuales de los que Peta Jensen es la gran protagonista. Y es que tras fantasear con una mamada en el ascensor con su jefe, se despierta y se folla a su novio (Levi Cash), dos escenas de calentamiento para los platos principales.

Porque al confesarle a su jefe que quiere follárselo, éste decide jugar un poco y hacer que primero se tire a su secretaria, una Allie Haze con su habitual carita de niña buena que le pega un tremendo fistfucking a Peta en una escena muy caliente. Y la noche siguiente, pues Bailey pide turno y le da a Peta lo que venía pidiendo, poniendo especial interés en el anal (según la portada, es su primera escena anal).

Así, tenemos tres buenas escenas de Brazzers (sobre todo el lésbico y la escena final) en una historia que, pudiendo dar para más, hace de mero hilo conductor al sexo.

Descubrí 'World War XXX' hace poco, unos meses después de salir a la luz su sexto capítulo. Y cuando llevaba cuatro capítulos me di cuenta de que entre la publicación del primero y del sexto había pasado un año y medio. Y es que Brazzers ha ido publicando los seis capítulos a lo largo de 18 meses, continuando una historia permanentemente inconclusa sin ninguna periodicidad. Tenía la esperanza de que el sexto fuera el epílogo; pero por desgracia la historia continúa quedando abierta a la espera de que Brazzers, quizá mañana, quizá dentro de cinco meses, saque un nuevo episodio.

La serie no es nada del otro mundo, no nos vamos a engañar. Tenemos a varios personajes viviendo una apocalipsis zombie a lo ‘Walking Dead’, con gente que entra y sale de la historia según el intervalo entre capítulo y capítulo; pero con una dura Peta Jensen como protagonista. Las situaciones zombie funcionan más o menos bien, pero las sexuales están casi siempre algo fuera de sitio, con esas ganas de follar que aparecen de la nada y en las situaciones menos oportunas que caracterizan al porno hecho sin muchas pretensiones.

Así, tenemos dos buenos (aunque muy parecidos) polvos de la buenorra Corinna Blake, primero en una caravana con su hermanastro (sí, son una familia white trash) y después con Johnny Sins en un bus donde se esconden de los zombies tras perder Sins a su novia.

Peta no entra en escena hasta el tercer capítulo y rápidamente se baja al pilón de un Johnny Sins agradecido junto al fuego de un bidón. Más tarde se folla a Danny D., un soldado británico al que acaban de rescatar de los zombis (una oportunidad perdida de un trío con Sins), y luego a Mick Blue en un flashback, después de que éste atranque una puerta con una fregona (un método infalible, claro).

Peta también se abrirá de piernas en el último episodio junto a Tommy Gunn, Ramon Nomar y Phoenix Marie en una escena que pedía a gritos una doble penetración tras cinco capítulos de parejitas, pero que nunca llega. Tras el sexo, llega un pequeño giro argumental que se resuelve ahí mismo y que nos vuelve a dejar la trama sin cierre, esperando (con moderado interés) otro capítulo de la serie.

¿Alguna vez os ha defraudado una escena de Romi Rain? Seguramente no. Y es que esta morena es casi apuesta segura para cualquier escena. Y si tenemos una serie de Brazzers sobre una asesina a sueldo enfundada en cuero... no hay duda de que Romi va a dar la talla.

Y lo hace entrando en el cuarto como si fuera la dueña del mundo, disparando a la cara y por la espalda, colándose sigilosa en el dormitorio de su víctima, siendo arrebatadora en cada plano... y teniendo sexo intenso, por supuesto. Y es que Romi lidera el espectáculo con mamadas profundas mientras está atada a una silla o destrozando el despacho de su jefe en un polvo salvaje.

Aunque esos momentazos se quedan en nada cuando llega su tremendo dúo lésbico con Allie Haze y un doble dildo negro (¡qué gargantas!) que se transforma en trío impresionante cuando se une Toni Ribas, que consigue, además, un buen squirt de la protagonista. Una escena brutal.

Y no es menos potente el número final, en el que Rain se folla a Ribas, Stallion y Mick Blue con buenas dosis de doble penetración y sin parar ni un segundo para respirar. Sí, la escena está metida con calzador, pero es tan potente que nos da completamente igual.

Aunque ‘Deadly Rain’ es más simple y menos desarrollada que otras series de Brazzers ('Lust Bite', 'One Night inthe Valley'), la historia está bien contada, es sexy e interesante casi todo el rato y tiene a otra asesina, la siempre sensual Allie Haze, que tras perder a manos de Romi a su novia (Peta Jensen, con la que Allie tiene una escena lésbica) busca una venganza que resulta un estupendo espectáculo para nuestros ojos.

La versión porno de los Cazafantasmas que presentó este año Brazzers se aleja de la que Hustlerlanzóen 2011 no parodiando la película original (como hizo Axel Braun en aquella), sino sólo la idea e iconografía, incluyendo cazafantasmas chica en alusión a la nueva versión de Paul Feig y desarrollando mínimamente una trama más enfocada a la comedia y al sexo que a versionar fielmente al clásico ochentero.

Así, tenemos cuatro episodios en los que un grupo de cazafantasmas masculino y otro femenino viven varias aventuras con fantasmas cachondos que andan sueltos por la ciudad. Como se puede intuir, los dos grupos acabaran encontrándose, lo que les llevará a una inevitable orgía que cierra la serie. Sin embargo, la orgía, que está bien y es un buen cierre, decepciona un poquito porque nunca es una verdadera orgía, no es un todos con todos, sino cuatro parejas (aunque se vayan intercambiando) follando en la misma habitación.

Pero antes de eso, ya hemos visto a Monique Alexander follando con el fantasma protagonista, Keiran Lee; a Romi Rain y a Monique exorcizando a Abigail Mac a base de orgasmos, y a Nikki Benz y Ana Foxxx consolando al marido de Abigail durante el exorcismo.

Y el plato fuerte viene más tarde, cuando tres de los cazafantasmas (Charles Dera, Sean Lawless y Isiah Maxwell) se follan al fantasma de una novia (Veronica Avluv) en el salón de bodas, una escena impresionante en la que Avluv lo da todo chupando y cabalgando a los tres cazafantasmas, metiéndose media mano por el culo, squirteando y disfrutando del anal, la doble penetración y las corridas finales. Sólo por esta escena ya vale la pena ver la película.

Sin más intención que entretener y excitar, Brazzers logra una buena parodia donde el sexo es el gran protagonista y lo de menos son los disfraces o la fidelidad a la pieza original, otro tipo de parodia que le sienta genial al panorama porno actual.