La nueva etapa de Digital Playground se abrió en Halloween de 2013 con un filme de vampiros dirigido por el británico Keiran Lee, 'Hot chicks Big fangs'. La película daba esperanzas a que, por fin, DP ampliara su abanico de directores (lo que al final no ha pasado, sustituyendo Jakodema a Robby D. en omnipresencia) y ofrecía un buen espectáculo en el que destacaba (junto a un estilo más moderno) la tremenda Bonnie Rotten, que nos dejó una potente escena, plagada de squirting, para recordar.
Y aunque la secuela, de la que hablamos hoy, no tenga ninguna escena tan impresionante como la de Rotten, el conjunto de la parte sexual es más satisfactorio que el de la primera parte y, además, la película funciona quizá incluso mejor que su predecesora, añadiendo un tono más desenfadado y una estructura más básica donde todo es diversión, sexo y dentelladas.
Es cierto que puede resultar repetitiva (las chicas se van follando, uno a uno, a todos los chicos que han acudido a su fiesta trampa para después clavarles los colmillos), pero la diversidad y calidad de las chicas y las escenas, personajes con toques cómicos como el de Channel Preston y el continuo ambiente sexual de la película hacen que quieras más.
Jessica Jaymes abre la veda de caza tirándose a un beato que va a predicar la palabra del señor a la casa equivocada. Pero el chico pasa sin problemas de santo a pecador junto a Jaymes en una buena escena en el salón de la casa antes de la fiesta.
Una fiesta que se calienta rápidamente con un trío en el porche en el que Danny Mountain no da abasto con las vampiritas Mia Malkova y Dillion Harper, tan sedientas de sangre como de sexo.
A continuación llegan dos de las tres escenas más calientes de la película. Una la protagoniza Channel Preston, una de las mejores performers americanas desde hace mucho tiempo y que todavía no ha sido reconocida con un merecido premio. Preston se lleva al dormitorio a un pringao que se cree en su noche de suerte y le da una intensa sesión de sexo antes de clavarle sus colmillos.
Y la otra tiene al frente a Janice Griffith, muy sexy de rubia vampiresa, que se tira a otro que se cree afortunado bajo la ducha. Un polvo enérgico en el que la neoyorkina disfruta con ganas y que acaba con semen colgando de sus labios que rápidamente es sustituido por una buena cantidad de sangre que la rubia se relame.
Nina Elle no puede evitar tirarse y dejar seco (en varios sentidos) a otro tipo en la cocina, lo que está a punto de llamar demasiado la atención y fastidiar el colofón de la fiesta.
Y es que jefa de las vampiras (Nikki Benz) tiene preparada una orgía para ella y para las novatas (Anna Bell Peaks, Jillian Jansom y Riley Reid) con los dos últimos supervivientes para cerrar la noche. Y sin duda resulta un gran colofón. Se nota que todos los participantes se divierten en esta última escena, intensa y sin pausa, con la que las nuevas vampiras pasan su prueba de fuego.
Habréis notado (o seguramente no) que no he dicho el nombre de ninguno de los actores. Y es que en está película las estrellas son sólo ellas y los chicos, como buenas presas de vampiras hambrientas, no son más que partenaires. Danny Mountain, Keiran Lee o Ryan Driller son algunos de estos chicos que sucumben en una parte sexual a la que sólo se le echa en falta un poquito de sexo anal, algún toque fetish o unos chorritos de squirt.