Marc Dorcel ha sabido acoger en su seno a grandes directores que han dado por terminada su carrera en América. Paul Thomas cayó hace algunos años y desde hace un tiempo tienen en sus filas a Michael Ninn. Por desgracia, ninguno de los dos ha vuelto a brillar como antaño en la casa francesa. 

En 'How I became a sexual slave', Michael Ninn y la compañía sacan a relucir sus peores facetas, haciendo una película lenta, aburrida, relamida, más centrada en una bella imagen que en lo que cuenta, con exceso de cámara lenta y de voiceover y con un sexo muy bonito, pero carente de pasión, líbido y arrebato, puro postureo para salir impoluto en la foto.

Y mira que la premisa promete. Scarlet, un joven bella y prometedora, descubre que lo que creía una gran oportunidad profesional con una benefactora misteriosa resulta ser el primer paso en su iniciación en una oculta hermandad pseudomasona compuesta por mujeres que, mediante el poder de la seducción y el sexo, controlan todas las esferas de la sociedad. 

Pero todo se queda en la premisa y Ninn (que junto a Miles Long fotografía cada imagen de la película de una manera maravillosa) nos aburre alargando las escenas al máximo, relamiéndose con una misma imagen hasta la extenuación, con un montaje repetitivo, desaprovechando el morbo de las escenas sexuales y sin aportar nada de conflicto. De hecho, el conflicto principal llega a 5 minutos de terminar la película y es utilizado como un giro final en vez de como verdadero motor de la trama más allá de la premisa.

La película tiene cinco escenas sexuales y ninguna especialmente interesante. Todas las mujeres son bellísimas, los hombre elegantes, los escenarios suntuosos, la música sutil y no falta la cámara lenta... pero el sexo es posado y fingido, aburrido, con la misma pasión que una fotografía al azar de Penthouse; bonito de ver, con hermosas mujeres, pero en absoluto húmedo y pasional.

Scarlet Red abre la película con una escena romántica con su novio, Seth Gamble, antes de marcharse sin explicarle a dónde va ni por qué. Más tarde, India Summer, la jefa de la organización, y Jay Smooth tienen una escena ante la mirada atónita de Scarlet antes de explicarle por qué está realmente allí y a qué se dedica.

Luego (tras una interminable conversación por WhatsApp) vemos a otras miembros de la organización, Jana Cova y Kari Milla, en un pequeño lésbico que calienta a Leny Ewil, que acaba con Cova.

Tras hacerle jurar fidelidad y entrega a la organización, India Summer sumerge a Scarlet en una doble escena lésbica junto a Jennifer Dark y Samantha Rone.

Y, finalmente, Scarlet tiene su primera misión, complaciendo a Nick Manning, que se tira sin cansarse a la rubia en una experiencia que Scarlet no podrá soportar, pidiéndole a India salir de la organización.

Aun con todo esto, la película de Ninn y Dorcel ha llegado a conseguir cuatro nominaciones a los AVN: mejor película (una lista que, siendo justos, tiene películaS peores, aunque esta tampoco se lo merezca), mejor guión (cuando es el principal fallo del filme), mejor director y mejor montaje. Consigue cuatro nominaciones discutibles y se queda fuera de la de mejor fotografía y dirección artística, sin duda sus dos aspectos más destacados. This is bussiness.

Cuando Paul Thomas se fue de Vivid (ahora parece que vuelve para un remake de 'Tras la puerta verde') no estaba claro que pudiéramos seguir disfrutando de su cine en otra compañía. El tiempo ha pasado, ha trabajado con gente como Hustler y Dorcel y, aunque no hemos vuelto a ver una nueva gran obra de Thomas, el director americano ha seguido haciendo buenas películas. Y una de ellas es 'Legal Appeal', producida por Marc Dorcel bajo el parco título de 'L'avocate'.

'Legal Appeal' cuenta al historia de India Summer, una abogada de éxito que lleva dos casos: el de un fotógrafo pervertido detenido por fotografiar a parejas mientras follan en plena calle (Xander Corvus) y el de Liza del Sierra, una misteriosa mujer que quiere denunciar a su ex jefe por despido improcedente, pero que oculta su verdadera personalidad.

Como viene siendo habitual, Thomas sabe crear los ambientes, dosificar la tensión, aportar morbo al sexo, dirigir a los actores y darle ritmo a la escena, y más si trabaja con compañeros habituales como el guionista Raven Touchstone ('Throat', 'The Devil in Miss Jones'), el productor Shylar Cobi ('Heaven', 'Cry Wolf') o el director de fotografía Ralph Parfait ('Emperor').

En 'Legal Appeal', con una producción más ajustada que las obras antes mencionadas, pero que no baja el listón de calidad de Thomas, todo funciona bastante bien: trama con interés creciente, sexo potente, personajes que evolucionan... hasta que llega un final demasiado apresurado y que desperdicia el potencial de los personajes.

Y es que (atención spoilers) antes del suicidio de Liza hubiera sido necesaria (y recomendable) una última escena dramática en el piso de India y Manuel o, incluso, una subtrama previa en la que se podía haber involucrado al fotógrafo pervertido interpretado por Corvus. Y es que los personajes creados por Touchstone tenían mucho potencial tanto argumental como sexual y el ajustado metraje de la película (90 minutos) daba margen para explotarlo más sin tener que sobrepasar las dos horas.

De todos modos, la película se disfruta (y mucho) por una trama bien llevada, por secundarios interesantes como el que interpreta a la perfección Xander Corvus, un ambiente de thriller muy conseguido, un sexo potente y, sobre todo, por la presencia de una bomba sensual y sexual como es Liza Del Sierra. La francesa se come (metafórica y literalmente) a su compañeros de reparto con una presencia arrebatadora y, pese a estar curtida en el gonzo, interpretando  con muy buenos resultados (pese a que el guión lo desaprovecha) a un personaje psicótico que requiere de su magnética y salvaje sexualidad.

Y si Liza resulta irresistible en las escenas dramáticas no podía serlo menos en las sexuales. No la vemos en acción hasta pasado un tercio de la película, pero entra con fuerza con una escena con Manuel Ferrara, que se lleva un fogoso oral (su mirada desde ahí abajo desarma a cualquiera) y le responde con un buen anal y un polvo intenso en una silla en una escena corta pero potente.

Por si era poco, ella vuelve a ser la siguiente en follar en una escena con Mark Wood en la que se esmera en el oral, se deja hacer y luego ayuda a que Wood y Lily Labeau (que se une a la fiesta) tengan un buen polvo sobre una mesa en un reverse cowgirl que es de agradecer.

Pero la parte sexual (y la película) empiezan con un escenón en exteriores, en un callejón oscuro y grafiteado entre Jerry y una impactante Brooklyn Lee, que tras calentarlo con sus movimientos se lo come y se lo folla para dar paso a un tremendo anal interrumpido por la policía.

La segunda escena tiene lugar en una celda. Bajo la pervertida mirada de una India Summer algo reprimida, Xander Corvus y Eric Swiss se montan una buena fiesta con la juguetona Katie St. Ives, una pequeña maravilla de menos de 1,60 que, aunque sólo pisa los features para escenas sexuales, alegra y da una buena dosis de morbo a cualquier reparto.

La presunta protagonista, India Summer, es quizá el personaje menos interesante de la película y sólo tiene una escena sexual, al final del filme, con un siempre eficaz Manuel Ferrara. Y aunque no podemos decir que sea una mala escena y la chica se esfuerza con la enorme polla de Ferrara, lo cierto es que se queda en poca cosa tras el espectáculo anterior.

Y es que repito que la película se viene abajo al llegar al final, con esta escena y con un final apresurado aunque idóneo que, al menos, nos ofrece como última imagen a Liza, empapada, mirándonos fijamente. Una de esas imágenes que se quedan grabadas en la mente.