Los chicos de Kaizen y Brazzers le cogieron el gusto a la acción POV con 'Headrush' y volvieron a fichar a Danny D. para otro corto en primera persona, otra experiencia que te haga sentir como en un videojuego. Y esta vez cogieron un referente bien claro, Call of Duty, y lo llevaron a su terreno; es decir, formaron un comando con tres pibones y Danny D. y montaron una buena escena de acción seguida de un buen número de sexo.

Tenemos tanques, helicópteros, soldados, metralletas, lanzamisiles, granadas y muchos tiros y acción, todo lo que le pedimos a este tipo de videojuegos. Y se nos muestra bajo el punto de vista de Danny, que avanza con su equipo (Monique Alexander, Jasmine Jae y Stella Cox) por una zona bastante hostil.

Tras sufrir en la travesía y acabar con incontables enemigos, el equipo tiene su recompensa. Las chicas se abalanzan sobre su compañero en un sitio seguro y vivimos una estupenda escena en POV en la que Danny no da abasto con las chicas, que se turnan (y comparten) su polla. Eso sí, las tres se quedan con las ganas de sexo anal. Media hora de sexo intenso en POV que se estropea durante un pequeño momento con unos planos laterales que abandonan el punto de vista subjetivo y desentonan totalmente, un gran fallo de montaje.

El sexo funciona al nivel que Brazzers nos tiene acostumbrados y la parte argumental no se queda atrás. Los movimientos, transiciones, escenarios y situaciones con los enemigos están muy bien recreados, manteniendo a la perfección ese tono de videojuego hiperrealísta que le da valor a la escena. Y el epílogo, tras la escena sexual, te deja con la boca abierta y con ganas de más, de que fuera el inicio de una gran película de acción en POV. Así que, señores de Brazzers y Kaizen, queremos segunda parte, queremos 'Cock of Duty: Black Cocks'.

'Storm of Kings', producida por Kaizen para Brazzers, es la primera parodia de ‘Juego de Tronos’ que veo de todas las que se han hecho. Y es que fiel a mi rechazo por las parodias X, no creía que se hiciera ninguna de esta serie que mereciera la pena ver. Y de esta, como de las otras, sólo esperaba disfraces, castillos de cartón-piedra y breves diálogos alusivos a la serie previos al sexo. Sin embargo, como de costumbre, Kaizen me ha vuelto a sorprender. Dick Bush trae una buena ambientación con estupendas localizaciones en exteriores, un vestuario que va más allá del cosplay de la serie y (como ya lo es el título) un mash-up de tramas, situaciones y personajes de la serie que, aun sin llegar a complicarse en ningún momento, haciéndolo todo simple y directo, funciona muy bien.

Tenemos a un cruel Rey Joffrey que acude a la boda roja para matar a toda la familia Stark, masacre de la que logra escapar Jon Nieve y Sansa, capturada por Joffrey para ser su reina. Mientras, Daenerys se alía con Khal Drogo para poder llegar a Poniente y John buscará venganza, aunque en su camino se cruzará con salvajes y los terroríficos caminantes blancos. Lo dicho, una mezcla de tramas que desembocarán en lo que todos esperamos en la serie, que Daenerys llegue con sus dragones a Desembarco del Rey y se folle a John Nieve.

Y es que sexo no falta, claro. Uno de los mejores números llega de manos del Rey Joffrey (muy bien interpretado por Ryan Ryder) y dos de sus concubinas, Anissa Kate y Jasmine Jae. Un excitante trío (con anal para la estupenda Anissa) al que sólo le hubiera faltado hacer mínimamente partícipe a Sansa (¿correrse en su cara y que las otras dos la laman, por ejemplo?), que les mira atentamente por órdenes de Joffrey.  Y no muy lejos de allí, John conoce más tarde a Ygritte (Aletta Ocean), a la que se tira en el poblado de los salvajes (tú sí que sabes, John Nieve).

Daenerys, encarnada por la escultural Peta Jensen, no se queda fuera y se tira a Khal Drogo (Rob Diesel) junto a su asistente (Aruba Jasmine) a cambio de su ayuda. Y una vez en Poniente, tras su entrada triunfal con los dragones, llega su esperado polvo con John junto al trono (que al principio parecía que iba a ser un interesante trío con Joffrey.

Todas la tramas se precipitan y se acumulan y, como he dicho, ninguna es muy elaborada ni profunda; pero consiguen funcionar en una gran trama bien hilada y que todo el mundo agradece: matar a Joffrey. ¿Se acerca a la calidad de la serie original? Ni en un millón de años. ¿Es una buena versión X de Juego de Tronos? Por supuesto, ya que traslada al porno muchos de los personajes y tramas del original sin caer en el ridículo ni en la pura parodia, interesando al espectador y consiguiendo el polvo que todos estamos esperando. Eso sí, del enano, ni rastro. Te tienen manía, Tyrion.

Sherlock Holmes, junto a James Bond, es el personaje británico más célebre de la literatura y el cine, así que no es de extrañar que hayan sido Dick Bush y su equipo en la productora británica Kaizen los que hayan llevado a cabo esta divertida versión X de las aventuras del excéntrico detective. Una parodia porno a modo de serie que, sin embargo, se disfruta más viéndola seguida como si de una película se tratara.

Y es que aunque, sobre todo en los tres primeros capítulos, sí que vemos una estructura episódica con un caso distinto en cada uno que vamos viendo que están conectados entre ellos y con Moriarty, hay capítulos (como el cuarto) de pura transición que quedan algo flojos vistos por separado.

Pero lo cierto es que el conjunto de los cinco episodios resulta una parodia divertida, interesante, entretenida y acertada de las aventuras de Sherlock Holmes (muy bien interpretado por Danny D.), con buenos recursos (cogidos de la serie de la BBC) como el texto sobre la imagen cuando analiza a la gente o cuando manda mensajes, con el corrector de ortografía jugándole malas pasadas.

Por supuesto, cada paso en su aventura le lleva a follar y le tenemos disfrutando de una mamada matinal ante la mirada de su casera o tirándose (por el bien de la investigación, claro) a Nikita Bellucci, Sienna Day o Stella Cox. Todas escenas bien ejecutadas pero sin nada especial ni distintivo: hay anal para todas, mamadas y todo lo esperado, pero resultan algo repetitivas (aunque es realmente divertido ver a Sherlock tomarse el té usando la espalda de Cox como mesita mientras le da por detrás).


Y cualquier Sherlock que se precie necesita a su ayudante, Watson, en este caso con la forma de la encantadora Ella Hughes, una pelirroja deliciosa que te enamora en cuanto aparece en pantalla. Hughes acaba tirándose a Holmes en pleno desenlace de la conspiración de Moriarty (en un polvo con un toque más íntimo y sensual que los anteriores) y antes ensaya con la demasiado tetona Linsey McKenzie.

Finalmente, la serie te deja con ganas de más: de ver de nuevo a un malvado Moriarty, estupendamente interpretado por Fred Passion; a Watson y Holmes, más unidos que nunca, resolviendo más casos, y de disfrutar de un estupendo sentido del humor que hace que la serie pase en un suspiro.