La estación de bomberos que dirige Katsuni está en quiebra y apunto de cerrar. El equipo intentará encontrar un método para frenar la venta, pero les sorprenderá otra desgracia: la muerte del novio artificiero de Kayden, una de las bomberos, mientras desactivaba una bomba colocada por un terrorista.
La primera impresión que te da “Body Heat” es muy buena y el planteamiento de la historia es muy prometedor, con gran cantidad de elementos interesantes y con posibilidades y un buen reparto. Desde el principio se nos plantea la pérdida de Kayden, la crisis de la estación y su posible venta y la amenaza de un asesino. Y todo ello, sin renunciar a algún toque cómico y a subtramas sexys como Jesse queriendo ser chica de calendario o la psicóloga cachonda que evalúa al personal.
Sin embargo, y pese a ser una de las películas más trabajadas y que más llama la atención del gran Robby D., al terminar no queda otra que decir que Robby no se sale con la suya. Se trata de una película muy ambiciosa, mucho más que cualquiera de la serie de gremios de Robby D., y el director y guionista la carga con grandes elementos; pero falla en la resolución.
Y es que todo se soluciona con lo que se viene a llamar en artes escénicas Deus ex machina, es decir, colocando los elementos en el sitio adecuado como por arte de magia para que todo acabe como le va bien al guionista. Carece de sentido (o al menos, no se se explica) la relación del empresario (English) con el terrorista, pero eso le sirve a Robby D. para hacer una buena escena con emoción y solucionar todo el conflicto. Y lo que es peor, la trama del terrorista queda totalmente en el aire.
Por la penúltima escena de la película, todo indica que habrá una segunda parte y por eso han quedado cabos sueltos, pero no deja de ser un fallo que la trama más interesante y con posibilidades quede en el aire y tan desaprovechada.
Pero la verdad es que en conjunto se trata de una muy buena película. Comienza con secuencias antiguas de bomberos en pleno trabajo, dándole un tono de más distinción y peso al filme. Tenemos un conflicto común para todos los personajes, que es la posible venta de la estación y pérdida del empleo. Y otro personal y sentimental, la muerte del novio artificiero de Kayden, que también introduce la trama en clave de thriller, la amenaza en ciernes del terrorista.
Y los personajes funcionan bastante bien. Kayden es la que tiene más peso, participando como protagonista en todos los conflictos. Katsuni no está nada mal como jefa, el equipo de bomberos tiene mucha química y los secundarios como English o Raven Alexis son efectivos (aunque en el papel de Alexis cuadraba mejor un MILF).
Y eso sí, nadie se queda sin follar. Kayden Kross, que se perfila como protagonista desde el principio, pero que va perdiendo fuerza, abre la parte sexual con un buen polvo con su novio Manuel Ferrara en la parte trasera de la furgoneta.
Más tarde, Raven Alexis se pone cachonda hablando con Tommy Gunn (con un bigote de género) y se lo tira. Y Riley Steele intenta convencer al comprador de la estación (Ben English) ofreciéndole su cuerpo, que acaban disfrutando English y su secretaria Bridgette B.
Raven Alexis, que sigue cachonda con su trabajo, aprovecha a Mick Blue, y luego Jesse Jane se tira a Scott Nails sobre el camión de bomberos. Katsuni no podía ser menos y decide entrar en las duchas de los chicos mientras se duchan Mick Blue y Tommy Gunn, ofreciéndonos un buen trio bajo el agua.
Y para terminar, como ya hizo en “Cheerleaders”, Robby D. nos trae una orgía lésbica junto al camión de bomberos con Jesse Jane, Katsuni, Kayden Kross, Raven Alexis y Riley Steele. El sexo está al nivel que siempre nos ofrece Robby, pero, también como siempre, el director aplica un filtro frío a la imagen que rebaja el color, que le da a todo una patina distante que no aprovecha el cuerpo de los intérpretes.
En conclusión, una nueva película de Robby D. con el esfuerzo suficiente y todos los ingredientes para ser la mejor de su serie de gremios, pero que queda mal rematada, posiblemente porque pretenden darle continuidad con una secuela. Ya veremos con qué nos sorprende Robby D. la próxima temporada.
Lo mejor: es ambiciosa y está trabajada
Lo peor: está mal rematada
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