“Tera Patrick’s Fashion Underground” (ese sería su título completo) es una de las mejores obras de Paul Thomas y Vivid de la temporada pasada. Con Tera Patrick como eje principal, “Fashion Underground” es una película coral sobre las relaciones personales y profesionales, con el mundo de la moda de telón de fondo. Para llevar a cabo esta estupenda obra, Thomas puso ante las cámaras a un extenso reparto que cuenta, entre otros, con Penny Flame, Lanny Barby, Jean Val Jean, Steven St. Croix, Tommy Gunn y la propia Tera Patrick.
Pese a no tener una trama definida con las tres partes clásicas de la narración fílmica, esta película coral tiene un muy buen guión. Se nos presenta de forma magnífica a todos los personajes, vemos qué les relaciona a unos con otros, y nos muestra las diferentes historias de forma que todo queda cohesionado en una amalgama realmente atractiva, donde todos los personajes discurren por esa gran mansión que alberga el desfile entre snobs, diseñadores y modelos semidesnudas.
El mejor personaje (y dicho de paso, magníficamente interpretado) es Sissy Morgan (Penny Flame), una periodista en busca de una buena entrevista y material para realizar un reportaje atractivo o una buena crónica. Su problema: nadie quiere hablar, nadie cuenta nada, todos la ningunean y la pobre Sissy se desespera. Es ella quien va de personaje en personaje al principio, haciendo que se nos presenten a través de ella, para después moverse a sus anchas por el edificio. Sin duda este filme es un filme de personajes. El diseñador “gay” Del Lacroix (Steven St.Croix), a todas horas con su ayudante horrendo menos cuando más molestaría; la vanidosa diseñadora Tera, que sólo busca el éxito de su desfile; los modelos presuntuosos Gia (Lanny Barbie) y Jago (Jean Val Jean), cuyo atractivo les precede allá donde van; el empresario orgulloso Paul Ford (Tommy Gunn), que sabe como conseguirlo todo..., todos en pos de sus intereses donde todos les sobran y a todos quieren tener alrededor.
Hay que hacer una mención especial a la dirección de arte y a la fotografía del filme (premiada con un premio AVN), que junto al trabajo de dirección de Thomas otorga un aspecto realista y casi documental al filme, haciéndolo creíble y atractivo. Tampoco debemos dejar de mencionar al resto del equipo artístico (maquillaje, vestuario, decorados...), que realiza un gran trabajo y completan esos pequeños detalles imprescindibles para el buen resultado de una obra como esta.
La película consta de siete escenas sexuales: cinco parejas y dos tríos. Cabe destacar, a modo de curiosidad, la escena entre Faith y Marcos Leon, que se nos muestra de forma fragmentada a lo largo de la película, intercalando entre sus partes escenas argumentales y otras sexuales. Una historia paralela bien contada que termina en escena sexual y a la cual vuelve Thomas de tanto en tanto a lo largo del filme.
Las mejores escenas de la película son el trío entre Chloe Morgan, Shy Love y Trent Tesoro; la escena de Tera Patrick con Jean Val Jean; el trío de Steven St. Croix con Aaliyah Jolie y Erika Jordan, y la escena de Penny Falme con Chris Cannon. Esta última escena también se nos muestra en varios fragmentos (menos que el anterior), a modo de montaje paralelo, este mucho más comprensible, acertado y justificado que el de la escena de Faith.
Asimismo, hay que mencionar la escena de Lanny Barbie y Spyder Jonez, que aunque es buena, es la más decepcionante, ya que contando con Lanny esperaba una gran escena, y se nos muestra poco aprovechada (tanto la secuencia como Lanny) y demasiado oscura para ser disfrutada.
El apartado interpretativo no se queda atrás. Todo el reaparto realiza un buen trabajo, pero, sin duda, la mejor es Penny Flame, que da vida de forma magnífica a la periodista que cubre el desfile. Flame actúa de forma muy natural, con gracia, morbo y despierta una gran simpatía por el personaje. Deja con ganas de saber más de ella, de verla en otro ambiente, de presenciar más historias con ella inmersa, más trabajos con su firma.
En definitiva, una película original, amena y, sin ser una comedia, en muchas ocasiones divertida. Paul Thomas nos vuelve a sorprender con un filme diferente en su concepto, lleno de muy buen sexo y de imágenes atractivas, cuyos personajes representan uno de sus mayores valores y nos muestra como el cine porno en 35 milímetros todavía tiene cabida dentro de la industria.
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