Se dice que Miguel de Cervantes hizo Don Quijote para crear la novela de caballerías definitiva y que ya no se volviera a escribir ninguna otra, ya que detestaba este género por su inverosimilitud y consideraba que salvo "Tirant Lo Blanc" el resto eran horribles. Axel Braun, el rey de las parodias porno, puede que no conozca esta anécdota, pero su última producción, “Scream XXX. A Porn Parody”, dirigida y escrita por el genial Eli Cross, va sin duda por este camino. Se trata de la parodia definitiva, una obra de cine dentro del cine y de parodia dentro de la parodia con un claro mensaje para la industria: hay que terminar con la fiebre de la parodia porno.
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Al darle al play a este trabajo distribuido por Vivid, podías encontrar dos cosas: una parodia seria de la saga “Scream” (buscando un filme similar a la muy conseguida “Lover’s Lane”, de Brad Armstrong y Stormy Daniels, que no era una parodia, pero sí era del mismo género que "Scream" o "Sé lo que hicisteis el último verano"), o una parodia más, mejor o peor conseguida, para pasar el rato. Sin embargo, no es ni una ni otra cosa.
En el filme, que se desarrolla en mundo diegético de Scream (es decir, las películas de Scream no existen, los crímenes de Woodsboro fueron reales y se hizo de ellos la saga “Stab” -“Puñalada”-), tenemos al director Eli Cross haciendo una parodia porno algo cutre de “Puñalada”. Sin embargo, el rodaje de “Stab XXX. A Porn Parody” se verá interrumpido por una serie de asesinatos perpetrados por un asesino enmascarado de verdad (con el traje de Ghostface), que irá acabando con el reparto. Vamos, que podría ser perfectamente “Scream 5” y no una parodia de “Scream”. Todo "muy meta", como dicen en "Scream 4".
Así, salvo Zoe Voss, que interpreta fuera de la película que se rueda el personaje real de Gale Weathers (real en el filme, ya que es el personaje que interpretaba Courteney Cox en “Scream”), todos los actores porno que aparecen en la película se interpretan a sí mismos rodando una parodia, incluso Eli Cross aparece haciendo de sí mismo. Así, las conversaciones habituales sobre películas de terror en “Scream” son aquí sobre películas porno, burlándose del exceso de parodias, asegurando que ya no hay genios del cine porno y soltando más de un comentario sarcástico sobre diversos directores de cine X, incluidos Brad Armstrong, Jules Jordan o los propios Eli Cross y Axel Braun.
La película es fácilmente imaginable. Se van viendo escenas del rodaje, con su correspondiente escena sexual, diversas discusiones del equipo de la película, los asesinatos reales del reparto (no muy trabajados) y a Gale Weathers (aquí Gale Storm) investigando y dando la noticia. Con un ritmo muy bien conseguido y un desarrollo ameno, pero sin nada realmente sorprendente ni inesperado salvo la propia idea inicial, el punto fuerte llega, como en la saga original, al final.
ATENCIÓN SPOILERS
El verdadero asesino es Sarah Shevon, una de las actrices del reparto, que espera con el escándalo de estos asesinatos acabar con la moda de las parodias porno y volver a hacer cine porno normal. Eso sí, ella quiere quedar como la heroína y le carga los asesinatos a otro de los actores del reparto, que ella mata heroicamente, y consigue un contrato de ocho años con la productora.
Evidentemente, sexo no falta en la película. De hecho, la parte sexual tiene un nivel mejor que el esperado. Tenemos las cinco escenas de rigor. Abre la veda la dulce y cada día más tierna (y caliente) Lily Labeau con Jack, y Evan Stone somete a Jessie Andrews en el despacho del director del instituto poco después. La escena más potente la protagonizan Angelica Lane y James Deen con un fantástico anal que eleva el tono del filme. También hay tiempo para el lésbico, potente y muy bien ejecutado, con Scarlett Faye y la delgada Zoe Voss. Y cierra la parte sexual Sarah Shevon con su compañero de reparto Rocco Reed.
“Scream XXX”, como simple parodia, es más bien normalita, ajustándose a los parámetros básicos. Sin embargo, tiene a su favor una muy buena idea que revoluciona el concepto, haciéndola muy interesante, amena, diferente y hasta reivindicativa. Porque yo también estoy bastante harto de la fiebre de la parodia porno. No creo que nadie quede defraudado con este filme que, a la vez que versiona esta popular saga de terror adolescente, se ríe de la industria del porno y da un soplo de aire fresco a la moda de las parodias.
Lo mejor: el giro de tuerca que le da Eli Cross a lo que parecía ser una simple parodia
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