Me decidí a ver esta tercera parte de la
miniserie de Robby D. porque no me gusta dejar las películas a medias y porque,
en teoría, esta me iba a dar el final de la historia Marcus London, el
trabajador social que cae en la trampa de Toni Ribas y su hermanita Selena Rose
en 'Sex and Corruption Episode 1'. Y lo que parecía relleno en la segunda parte no era más que el indicio de lo que iban a hacer en la tercera, ir cada
vez desviándose más de la trama inicial para proponer subtramas sin interés y
dejar todo a medio terminar.
Así, la trama de London queda prácticamente
en nada y se nos presenta a un nuevo personaje que encarna perfectamente el
espíritu del título de la saga: una juez, interpretada por Kayden Kross,
manipuladora y que siempre consigue lo que quiere por su inteligencia… y porque
domina toda situación gracias al sexo. Y es que Kayden está especialmente sexy
y arrebatadora en esta película, robando el protagonismo al resto del reparto.
Kayden tiene dos buenas escenas. Una en
su despacho, con Tommy Gunn, en la que disfruta luciendo su cuerpo mientras
Gunn hace el trabajo entre sus piernas (lo cierto es que Kayden estaba muy en
forma físicamente en aquella época), y otra con Manuel Ferrara, que logra que
Kayden grite y se estremezca de placer cuando hunde su boca en la entrepierna
de la rubia, que acaba agotada, con el culo rojo y feliz de haber disfrutado
del aparato de Ferrara en la mejor escena de la película.
Y es que Manuel es siempre un valor
seguro en la parte sexual de una película. Y aquí no sólo lo demuestra con
Kross, sino que logra que luzca otra escena con una Sophia Lomeli con algún
kilo de más. Sin duda, la otra gran escena de la película en la que la morena a
penas puede con la bestia francesa. El resto de la parte sexual la componen
Melanie Rios y Tommy Gunn en un flashback y Vicki Chase con Marcus London en la
oficina.
Finalmente, lo que nos queda tras esta
saga de Robby D. es algunas escenas destacadas para las chicas de Digital
Playground y ningunas ganas de enfrentarnos a otro experimento fragmentado del
director americano. No creo que se vuelva a repetir.
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