Michael Raven reapareció el año pasado con “Black Widow”, un nuevo feature para Wicked Pictures tras la pequeña decepción que supuso la tan anunciada “Supernatural”, la historia de fantasmas de Kirsten Price (decepción que sólo lo fue porque el listón estaba realmente alto tras la fantástica “The Visitors”). En “Black Widow”, Stormy Daniels y Randy Spears dan vida a los personajes protagonistas de una buena historia de suspense.

A la protagonista (Stormy Daniels) nunca le gustó la estampa matrimonial que representaron sus padres. Lo tenía muy claro, ella no iba a pasar por lo mismo. Se casaría, aprovecharía todo lo que pudiera y a los dos o tres años se desharía de ellos. Sería la perfecta Viuda Negra. Hace ya tres años que se casó con Charles (Randy Spears), un rico hombre de negocios. ¿Le saldrá todo como tiene pensado?



Jennifer Allison firma un guión correcto e inteligente realzado por la realización de Raven, la fotografía de Francois Clousot, la banda sonora y el montaje. El texto tiene altos y bajos y peca de poco desarrollado en algunos aspectos; sin embargo, logra interesar hasta el final y perfilar un personaje esterotipado pero interesante, y ponerlo en contraposición a un personaje masculino hecho a su medida y que esconde más de un as en la manga. Pese a que se le podría haber dado alguna vuelta de tuerca más (aunque el final está muy bien ideado), el guión de Allison (nominado en los AVN) permite a Michael Raven realizar un buen filme en su línea como realizador y nos ofrece esta dosis de buen cine, que todos los cinéfilos esperan de un gran director como él. Tanto su trabajo, con una elección de planos fabulosa, como el de Clousot, que dota al filme del ambiente idóneo, son excepcionales. Para rematar, la cabecera de la película, muy al estilo de la de “Seven” de David Fincher, nos introduce en la película con la intriga que se merece.



El sexo en “Black Widow” está cortado por el mismo patrón que el de todas las películas de Raven para Wicked Pictures: sensual, estético, pero algo suave (suavidad que no aparecía en la mayoría de los filmes de Raven antes de entrar en Wicked, cuando el sexo en sus filmes era más duro, morboso y arriesgado). Son cinco las escenas sexuales del filme, todas de parejas, con Stormy Daniels (por partida doble), Kayla Carrera, Carmel Moore y Kayden Faye como protagonistas femeninas. La mejor escena sexual del filme es la protagonizada por Stormy Daniels y Barrett Blade, una buena secuencia bien ejecutada por los actores, con morbo, pasión y entrega, y muy bien realizada. Un buen trabajo de Stormy y Blade, una escenografía fabulosa, un gran trabajo de fotografía y una fantástica música de fondo, que acompaña de forma idónea la escena y no impide escuchar las voces de los actores. Una escena sexual que destaca, de lejos, de entre las cuatro restantes; seguida, quizá, por la primera escena del filme, protagonizada por Stormy y Randy Spears.

La interpretación se reduce prácticamente a dos actores: Stormy Daniels y Randy Spears. El resto de los personajes apenas tienen participación, siendo simples comparsas del fabuloso duelo interpretativo de los dos personajes que sustentan el drama. Daniels y Spears realizan un trabajo fabuloso por el que recibieron sendas nominaciones a los AVN. Ambos componen unos personajes totalmente creíbles y con matices. Spears, en concreto, recrea de forma fantástica a un hombre torturado por el destino que sabe que se le avecina, y hacia el que se ve obligado a virar.

En conclusión, Michael Raven nos vuelve a traer un feature de intriga, oscuro y sensual. Raven nos muestra de nuevo en esta película por qué es quien es dentro de la industria, creando grandes secuencias de suspense y demostrando que sabe contar historias. Una nueva gran obra de Michael Raven que nos deja con la curiosidad de a qué género se lanzará en su próxima aventura. Ojalá nos sorprenda con una buena película de terror.