A veces te sorprendes cuando llega un nuevo título de la productora estadounidense Wicked Pictures, y tras las cámaras o sobre el guión no encuentras los nombres de siempre: Brad Armstrong, Stormy Daniels, Michael Raven, Jonathan Morgan... Driven está dirigida y escrita por Cash Markman, autor de diversos filmes como "Beauty and the bodyguard" o "Reckless". En esta ocasión nos presenta un thriller de acosador y acosado protagonizado por Randy Spears y Stormy Daniels.



El personaje de Spears no parece poder acostumbrarse a estar solo tras haber sido abandonado por su novia (Stormy Daniels). De hecho, vive obsesionado con ella, la sigue, la vigila, la controla, aunque toda esta dedicación esté poniendo en peligro su trabajo como policía. A su ex no parece importale en un principio, cree que todo pasará, pero sabe que, finalmente, tendrá que enfrentarse a él.


Sobre una idea con muchas posibilidades, aunque no especialmente original, Markman realiza un guión flojo, poco profundo y fallido. No consigue crear el clima de tensión e intriga que pretendía en su historia y deja a los personajes principales algo desdibujados y poco tratados, y a los secundarios prácticamente ausentes. La fotografía corre a cargo de Francois Clousot, que realiza un buen trabajo; pero la dirección, correcta, no logra levantar la película, que no es fallida por la historia en sí, sino porque esta misma idea con otro director y guionista detrás, hubiera podido llegar mucho más lejos.


El sexo tiene un buen nivel, muy por encima de la parte argumental, con un buen trabajo de los actores y actrices y una buena elección de los planos, la iluminación, posturas y ángulos de cámara. Son cinco las escenas del filme, todas de parejas, cuatro heteros y una lésbica. Si hay que destacar alguna escena sobre las demás serían, quizá, las dos de Randy Spears, la primera, con Cindy Crawford y la escena que cierra el filme, con Stormy Daniels.


La interpretación mantienen el nivel habitual al que nos tienen acostumbrados los actores y actrices del reparto. Básicamente, toda la labor interpretativa recae sobre Randy Spears y Stormy Daniels, aunque Evan Stone realiza un pequeño papel, que ejecuta con corrección. Spears y Daniels realizan un buen trabajo y sacan partido de los papeles escritos por Markman, aunque en el guión no se le saque todo el jugo a los personajes.


En conclusión, un filme aceptable, pero que no consigue brillar. Las escenas de sexo, típicas pero efectivas, y las interpretaciones de Spears y Daniels intentan salvar (y más o menos lo consiguen) un filme fallido debido a la construcción de su guión y a una dirección sosa y sin riesgo. En definitiva, una pequeña decepción de manos de Wicked Pictures, productora que no convence cuando los proyectos llegan de manos de realizadores y guionistas que no sean sus estrellas. Por suerte, Armstrong, Raven, Morgan, Daniels y compañía siguen siendo los principales realizadores de la compañía y los que más features nos ofrecen. Larga vida a Wicked Pictures, pero que no arriesguen demasiado con gente nueva.