Los españoles no tenemos que echar la vista muy atrás para rememorar la edad dorada de nuestro porno, los inicios del siglo XXI. Y “Talión”, de Pepe Catman, es una de las últimas muestras del buen estado de nuestra pequeña industria pornográfica. Catman creó la mejor obra de su filmografía y una de las mejores películas del porno español rodeado de intérpretes destacados como Dunia Montenegro, Salma de Nora, Mónica Vera, Robby Black, Lesly Kiss o el mismísimo José María Ponce.
Claudia (Mónica Vera) recibe en su trabajo una llamada que le cambia la vida. Su hermana (Lesly Kiss) ha sido asesinada mientras ejercía la prostitución junto a otra compañera y dos narcotraficantes. Desconcertada y destrozada, viendo que la policía no va ha hacer nada por resolver el asesinato, Claudia decide tomarse la ley por su mano aún sabiendo que le puede costar la vida.
Pocas palabras negativas me vienen a la cabeza al hablar de esta películas. Catman (ayudado por Ponce, unos buenos operadores de cámara y buen director de fotografía) conforma con “Talión” su obra cumbre: estudiada, bien escrita y desarrollada, con una factura impecable, una banda sonora de lujo bien utilizada y un reparto muy bien escogido.
Y dentro de una trama tan poco costumbrista, Catman desarrolla la historia de una forma realista y creíble, haciendo que la protagonista no se salten pasos y que se tome su tiempo para ejecutar su venganza. El director español estructura bien su guión lineal y hace que el espectador no pierda interés, dosificando los avances de la protagonista y las intervenciones de los personajes secundarios.
Y es que además de un guión dramático de acción y suspense, lo que sustenta al filme con mano de hierro son los personajes. El de Vera, dual, fuerte, decidido y con convicciones; el del policía, entre sus intereses y su moral; el de Dunia Montenegro, independiente y dispuesto a ayudar sin mancharse las manos, y el personaje estrella de Ponce, el capo mafioso, metódico, calmado, impotente, poderoso y tan estereotipado como eficaz y fabulosamente interpretado.
Y si Ponce hace bien su papel no hay que desmerecer en este aspecto a sus compañeros. Mónica Vera y Robby Black trabajan muy bien su papel, dándoles presencia, seriedad y eficacia, aunque parte del mérito hay que dárselo al doblaje, ya que, aunque ambos hablan español, la dicción no es su mayor virtud y los actores de doblaje bordan el papel.
Pero aunque la calidad del producto pueda despistar esto es una película porno, y Catman fusiona el sexo y el argumento de forma fabulosa. Las primeras escenas sexuales (una pequeña orgía repleta de cocaína y una mamada en una sauna) son claras herederas del porno clásico: cortas, excitantes e integradas plenamente en la trama.
Y el resto tampoco desmerecen. Tras la fiesta con Lesly Kiss, Sara May y dos chicos, y la mamada de Ana Ros a Rocky, tenemos a Dunia Montenegro en un número teatral en un peepshow, a Anekke Duran sometida por Robby Black en unos baños, a la siempre genial Salma de Nora con Carlos Dario en una buena escena que ayuda a aligerar la historia, y a Mónica Vera siendo duramente violada por un Olivier Sánchez enmascarado.
Y, junto a todo ello, tenemos a Sophie Evans que obliga a desnudarse a la protagonista en un hangar abandonado y a Vera haciendo un sensual baile en la discoteca con masturbación incluida, secuencias con mucho morbo y muy bien realizadas que sirven de paso previo a Vera para conseguir sus objetivos.
En definitiva, Catman logra un estupendo thriller repleto de buen sexo que te deja con la sensación de haber visto buen cine y con la pena de que la ‘industria’ española haya perecido llevándose consigo grandes valores del cine X moderno.
Lo mejor: El guión, Mónica Vera y todo el trabajo técnico y artístico
Lo peor: que maten tan pronto a Lesly Kiss
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