Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con una parodia porno. De hecho, la última vez que una parodia me resultó tan satisfactoria fue con otra de Braun, 'Star Wars XXX'. Y es que Braun ha vuelto a explotar de forma magnífica la fórmula de las parodias con la versión X de '24', una de las mejores series de los últimos tiempos.
Y lo ha hecho jugando bien sus cartas. Una recreación visual perfecta del original (iluminación fría y tenue, pantala partida, el reloj, ritmo acelerado, cámara en perpetuo movimiento), un reparto bien escogido que consigue una gran interpretación, una trama bien basada en la serie y un fantástico uso de la parodia. Y es que esa es una de las claves imprescindibles (que ya logró con 'Star Wars'): mantente fiel al original, hazlo creible, contenta a los fans y usa la parodia como valor añadido.
No se trata de hacer una versión cómica, sino de usar la parodia sin salirse del formato. Así, salvando las distancias, Braun usa la comedia al estilo de 'Aterriza como puedas': un comentario absurdo, fuera de sitio, divertido o demasiado directo y sincero dentro de una situación seria y sin que nadie se salga del personaje ni deje entrever comicidad.
Braun logra, así, sacarnos una sonrisa mientras seguimos en tensión por la trama. Una trama bien creada, cogiendo elementos de la serie y exagerándolos. Como siempre, la amenaza parece una al principio y luego el plan final es otro. Así, lo que parece un ataque contra Jack y luego contra el Presidente Palmer, parece acabar en un ataque a gran escala con gas nervioso. Y detrás de todo ello, Nina Meyers, la primera gran enemiga de Jack.
Y es que tenemos a (casi) todos los grandes personajes. Palmer, que no podía ser otro que Tyler Knight; Tony Almeida, interpretado con soltura por Giovanni Francesco; Kim Bauer, que logra ser tan desesperante como en el original interpretada por Ash Hollywood o Michelle Dressler, en carnes de la sensual Kailany Lei, a la que hacía tiempo que no veía y que sigue tan encantaroda como siempre (o más).
Pero los que más triunfan son el trío principal. Empezando por Jack Bauer, interpretado con ferocidad por Kurt Lookwood, que hace un trabajo estupendo escupiendo las frases lapidarias de Jack ("no, todavía no te estoy haciendo daño, créeme", "Damn it") y dándole una intensidad exagerada al personaje que le viene genial.
Y con él, Nina Myers, tremendamente sensual y maligna en el cuerpo de Alektra Blue (que regresa así de forma puntual a Wicked Pictures) y la siempre dispuesta Chloe, absolutamente maravillosa, mimética y estudiada en la piel de Claire Robbins, una elección perfecta para el personaje y que saca una interpretación de premio.
Y todo ello, salpicado de múltiples irónicas y exageradas referencias a la serie (sólo para fans), muchos comentarios sexuales, un gran cameo de Ron Jeremy haciendo de sí mismo y, como no podía ser de otra forma, unas cuantas escenas de sexo que funcionan bastante bien.
Y es que Braun equilibra bien la balanza entre sexo y trama, introduce el sexo en el momento justo y con acierto y aporta variedad: un lésbico al aire libre; una mamada en el baño de un avión; un interracial, un trío entre dos chicos y una rubia en una casa abandonada; otro trío, este con dos morenas y un hombre en una sala de interrogatorio, y una pareja chico/chica en una escena con un toque de BDSM light y comedia.
Penny Pax, de morena, se la chupa a Alec Knight en el baño del avión en el que viaja Bauer antes de matar a la azafata. Y más tarde, se monta un buen lésbico con Alektra Blue sobre el maletero del coche.
La trama avanza y nos encontramos a la Ash Hollywood, que acude a una fiesta y sólo encuentra a Seth Gamble y Tyler Nixon, con los que se monta un trío en el que la rubia no para de chupar mientras recibe.
La mala de la película, Alektra Blue, vuelve a la carga en la sala de interrogatorios chupádosela a Giovanni Francesco. La pareja es sorprendida por Kaylani Lei, que se une para ofrecer un trío en el que Blue es la que más recibe.
Y Bauer no se podía ir sin follar y, tras una escena con la mujer del Presidente, Brie Simone (a quien le guste esta mujer, quizá le guste la escena...), Kurt Lockwood tiene un buen número sexual (el mejor del filme) con un toque BDSM al principio junto Claire Robbins.
Se trata de una escena intensa, caliente, sudorosa y con un potente anal que cierra estupendamente la película, rematada con una llamada al móvil de Bauer, listo para entrar de nuevo en acción.
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