Axel Braun ha demostrado a lo largo de los años que es capaz de lo mejor ('Compulsion', 'Star Wars', 'Batman') y de lo peor ('The Dark Knight', 'This ain't the expendables'). Y ese resultado final, más allá del presupuesto que tenga para hacer la película, siempre tiene el mismo punto clave: la ambición a la hora de escribir el guión. Y en el caso de una parodia o versión porno, esa ambición muchas veces se centra en la recreación, en el vestuario o en los decorados y deja de lado la pieza fundamental que es el guión. Por suerte, ese no es el caso de la última obra de Braun, 'Snow White'; película que abre la línea Wicked Fairy Tales de forma realmente prometedora.
Y es que Braun ha escrito un guión sencillo, que sigue sin grandes desvíos el cuento original, pero no por ello descuidado ni esquemático. No se ha limitado a crear cuatro escenas que recreen momentos antológicos del cuento, sino que ha escrito el relato de forma interesante, dibujando personajes, añadiendo emoción y sin saltarse causas para mostrar los siempre más atractivos efectos. Ha recontado el cuento de forma que el que lo conoce lo disfruta y el que no lo conoce (en mayor o menor medida, yo nunca he sido de cuentos clásicos) lo goza como un buen relato de envidia y obsesión que siempre funciona y con más de un buen giro de guión. Entendámonos, no es ninguna maravilla, no te vuelve loco, pero es entretenida, tiene puntos muy logrados y es mejor de lo que cabía esperar tras más de cinco años de insufribles parodias.
Pero el guión no lo es todo y Braun y el equipo de Wicked Pictures lo saben. Por eso, 'Snow White' está vestida con un trabajo de atrezzo, vestuario, decorados, maquillaje y peluquería que, aunque están, obviamente, lejos del estandar hollywoodiense o de lo que podría haberse hecho hace unos años con mayor presupuesto en el porno, resultan realmente atractivos y efectivos. Sí, claro que se nota que el castillo es de cartón-piedra, pero funciona gracias un buen trabajo de fotografía y a un equipo de alta definición que da una acabado mucho más sólido a la película.
Pero una película (y más una porno) necesita actores. Braun ha puesto encarnando a la protagonsita a la niña de sus ojos, Riley Steele, que no logra lucir aquí las dotes interpretativas que por desgracia no tiene, pero que resulta la blancanieves más bella, encantadora y arrebatadora que nunca hayamos conocido; una verdadera princesa Disney de carne y hueso.
Le da la réplica un irreconocible Barrett Blade que hace un buen trabajo interpretando al cazador, un personaje con mucho más papel y relevancia que el del soso príncipe interpretado por Ryan Driller. Pero lo cierto es que la verdadera protagonista es la reina malvada, interpretada de forma magnífica por Jessica Drake, que eclipsa al resto del reparto a base de resultar mala y despiadada sin recurrir a la exageración, aunque eche mano de ciertos gestos estereotipados que, por otro lado, le pide el personaje.
Pero esto, señores míos, es una película porno y el sexo es una pieza clave. Y aunque la película no anda falta de sexo y éste sea más que aceptable, lo cierto es que ese aspecto no está a la altura del resto del proyecto. Tenemos un trío, un lésbico y tres parejitas y, aunque todas las escenas tienen su punto y las disfrutas si te gustan los performers, ninguna logra destacar de verdad ni está totalmente aprovechada.
La reina hace aparecer con magia a Ash Hollywood y Katie St. Ives para que, a base de sexo, acaben con la vida del Rey (Tyler Knight). Aunque al monarca ya le sobren algunos años y le falte algo de química con las chicas, la escena funciona gracias a que entre Hollywood y St. Ives la cosa fluye, aunque debería haber sido una escena mucho más activa y salvaje para mostrar como el Rey acaba superado por la vorágine sexual.
Pero lo cierto es que las escenas más aprovechables son las de la reina, aunque tampoco son lo que deberían haber sido. Dejando de lado que nunca se quita del todo su traje de reina y apenas le vemos las tetas, sus escenas deberían haber tenido un toque más hardcore, algo de BDSM o fetichismo, realzando su personalidad y dando más color a su parte sexual.
La primera (y la más potente) es con el cazador, que empieza casi forzando a la reina y acaba en un polvo entre dos amantes ocultos con anal incluido. Y luego echa mano del 'genio' que vive en su espejo, al que se tira de manera mucho más convencional para luego obtener su poder. Lo dicho, queremos ver a una reina malvada follando, no dos simples polvos.
Y su tercera escena llega de manos (y de boca, sobre todo) de Blancanieves. Una vez bajo el influjo de la manzana, la reina tiene a Blancanieves desnuda en una mazmorra y la obliga a darle placer oral y la somete sexualmente. Sin embargo, aquí también le falta un toque más fetichista y duro para realzar que está sometiendo a la pura protagonista y, además, Drake hace toda la escena con un plug anal puesto y Steele no llega a jugar con él en ningún momento.
Blancanieves es la que cierra la parte sexual follándose al príncipe en la escena más sosa y floja de la película, con un aura de saturación blanquecina para hacerla idílica que aún nubla más la visión de una escena excesivamente dulcificada y en la que, por aquello del morbo de los disfraces, ni siquiera podemos disfrutar bien del cuerpo de Riley. Un cierre decepcionante a una película entretenida y que aprovecha bien los medios de los que dipone. Esperemos que las siguientes entregas se trabajen más la parte sexual.
Snow White XXX An Axel Braun Parody 2 Disc Collec by Wicked Pictures
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Genial pelicula. Pero ¿aparecen los enanos?. Mejor hubieran adaptado la antigua historieta francesa de Leone Frollo, que tiene un argumento alucinante y muchas escenas de sexo "freak"(aunque creo que el presupuesto se les habria disparado). Hasta ahora no se porque Private no adapta a Frollo.
ya la he visto un final exitante donde la reina malvada y sexy se queda con el principe. Para variar ver ganar a la malvada.