Una mujer gorda y vestida con lencería (Harper Hughes) yace sobre una mesa llena de comida y bebida. Cuatro hombres y cuatro mujeres llegan y se sientan a la mesa y empiezan a disfrutar de la comida, bebiendo y dándole de probar a su parejas como si Hughes no estuviera. Instantes después, el festín se ha convertido en orgía, una fiesta de sexo mezclado con comida y otros fluidos.
Esa es la premisa (y los cinco primeros minutos) de 'Gluttony', la segunda entrega de la saga 'Seven Sins' de James Deen, iniciada con buen resultado con 'Greed'. Y lo que nos ofrece Deen es justamente eso, una orgía de casi dos horas de duración con cuatro parejas (Toni Ribas y Lyla Storm, Sara Luvv y Seth Gamble, Karmen Karma y Christian, Jessie parker y Tommy Pistol) disfrutando de sus cuerpos y jugando con la comida alrededor de una mesa ante la atenta mirada de la oronda Hughes, que termina siendo el plato principal de la comida de los ocho comensales tras una hora y media de orgía.
Tampoco es una orgía en toda regla, ya que no follan todos con todos, sino que tenemos cuatro parejas que se mezclan poco, sólo algunos besos de Sara Luvv con Karmen Karma y con Lyla Storm, y cuando todos van a por Hughes al final. Pero es una orgía de espíritu: una fiesta de dos horas de sexo constante donde cada uno disfruta sin importarle lo que pasa a su alrededor y como si nadie les estuviese mirando.
Pero el hecho diferencial es la comida. La cámara de Deen gira constantemente alrededor de la mesa mostrándonos a las cuatro parejas follando, chupando, lamiendo y masturbando mientras se untan comida en el pecho o el culo para lamerla, meten la polla en una tarta o la mojan en vino, se dan de comer mientras follan, restregan comida en la cara y el cuerpo de las chicas, derraman vino y agua por sus cuerpos, hacen un dirty sánchez de chocolate, chupan el pie de su chico lleno de comida, se untan chocolate en los pies para hacer un footjob, unden la cara de las chicas en boles, tiran frambuesas a la boca y el coño de la chica... Una orgía también culinaria donde los alimentos y el sudor se mezclan con semen, saliva y otros fluidos, además de más de un squirt gentileza de la mano de Ribas y el coño de Lyla Storm.
Y así, disfrutamos de los deliciosos y maleables cuerpecitos de las morenas Karmen Karma y Sara Luvv (y sus tetas respingonas), las caras de vicio y gozo de Lyla Storm (la que más comida prueba y la que más disfruta con diferencia, gozando constantemente con Ribas, la mejor pareja) y también de la dulce (pero también más sosa) Jessie Parker, que conforma la pareja más floja del conjunto con Tommy Pistol.
El director, girando con su cámara alrededor de la mesa (y deteniéndose de vez en cuando para dejarnos disfrutar de una sola pareja) combina bien planos cortos del sexo y los juegos con la comida con planos generales del polvo de cada uno y de toda la orgía. Deen logra que durante dos horas no exista otra cosa más que esas ocho personas follando y que nos preguntemos cómo jugaríamos con la comida y con los cuerpos si estuviéramos ahí.
Y tras una hora y media y la corrida de algunos, Lyla Storm se despega de la polla de Ribas y se desliza como una fiera felina sobre Hughes y la besa mientras Ribas no pierde la oportunidad de embadurnarle el culo con frambuesas. Así, Storm inicia el tramo final de la película, en el que todos se centran en Hughes, la desnudan, la manosean, la masturban, la chupan, se la follan o incluso se corren en su mano y en su cara.
Como no podía ser de otra forma, Deen ha abordado la entrega dedicada a la gula de sus 'siete pecados' mezclando sexo y comida, algo que no es nuevo en el porno, pero sí poco usual. Pensando en porno y comida vienen a la mente escenas como el mítico y más estilizado festín inicial de 'Barbara Broadcast', de Henry Paris, la sensual conversación sobre el pollo asado de 'The Satisfiers of Alpha Blue', de Gerard Damiano, o la festiva orgía de 'Ten little maidens', también repleta de comida.
Pero Deen, quizá con cierta inspiración en esta última escena, ha sabido aportar un tono íntimo y casi claustrofóbico a su orgía, dotarlo de una imagen y un toque distintivos que, aunque no tiene nada que ver con 'Greed', hacen que sintamos realmente que 'Gluttony' es un nuevo peldaño en el recorrido del pecado de James Deen, el segundo paso de sus siete infiernos. Seguro que nos sorprende con el siguiente.
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