La pasada temporada, Brad Armstrong se entregó a dos grades proyectos muy distintos: un drama titulado 'Aftermath' y el thriller ligero de sobremesa 'Holly... would'. Y aunque fue el primero el que le dio el AVN a la mejor película de drama, lo cierto es que fue 'Holly... would', protagonizada por Asa Akira, la más disfrutable de las dos películas. Así, esta temporada se centró en 'Starmaker', también protagonizada por Asa Akira y con el mismo espíritu que 'Holly... would'.
Y es que una película sobre el puterío del mundo del espectáculo siempre gusta, y más si está llevada por una mano experta y que conoce a su público como es Brad Armstrong, que con un guión, montaje y dirección ágiles consigue que no notes las más de 3 horas y media de metraje.
Un buen reparto también ayuda y, junto a Asa Akira, tenemos al siempre simpático y divertido Tommy Pistol, al propio Armstrong y a secundarios como Kurt Lockwood (al que le sienta bien el papel de matón) o Jessica Drake, sospechosamente cómoda en el papel de esposa florero alcohólica.
Así, la película nos presenta a un aspirante a guionista de Hollywood (Tommy Pistol) que utiliza a una aspirante a actriz (Asa Akira) para entrar en el negocio. Juntos chantajerarán a un famoso productor (Brad Armstrong) para conseguir sus objetivos... hasta que su plan se tuerza por la avaricia y por terceras personas con sus propios planes.
La trama (que nunca se cree más de lo que es) funciona y la indispensable parte sexual también, bien introducida, variada, con buenas chicas y muy festiva. Asa Akira no está aquí tan activa como en 'Holly... would' (en la que tenía 8 escenas), pero la podemos ver en acción hasta cuatro veces. Primero con Pistol, con el que se acuesta pensando que le puede conseguir un casting y del que recibe un buen beso negro y un polvo ligero en la cama.
Más tarde se folla a Brad Armstrong para grabarle y chantajearle, aunque disfruta de la garganta profunda. Y luego se tira a Kurt Lockwood para vengarse de Pistol, acabando con el bajo vientre cubierto de semen.
Y para rematar, tiene un buen lésbico con Jessica Drake en una sala de masajes en el que las dos juegan con dildos en todos sus agujeros.
A Drake ya la habíamos visto disfrutando del anal junto a Lockwood poco después de ver a su marido, Armstrong, gozando de una buena escena oral en el baño junto a Kaylani Ley y Kalina Ryu.
Pistol, por su parte, no se queda corto, y remata su buen trabajo en el filme con dos escenas de sexo más: una con Jeanie Marie Sullivan, la hija del productor, que no tarda en acostarse con Pistol para fastidiar al padre. Y otra más disfrutable con dos figurantes (Amia Miley y Courtney Taylor) en en camerino de Asa, polvo que le costará a Pistol más de lo que piensa y dará un giro a la trama de una película tan disfrutable en la parte sexual como en la argumental.
Quizá no es una de las películas que ganan premios, pero sí de las que se disfrutan. Brad Armstrong sigue en forma y consigue buenas películas como esta sin lanzarse a grandes proyectos como antaño. De todos modos, espero que esta temporada nos sorprenda con una de esas grandes películas que pueden competir (casi) sin rival por el gran premio.
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